9 de octubre de 2011

BONJOUR MONSIEUR!


Capítulo 1
Me desperté.
La luz que entraba en la habitación desde el exterior impedía que abriera los ojos completamente y un montón de sábanas blancas como las paredes del lugar en el que me encontraba me aprisionaban.
 Me froté los ojos mientras pensaba cómo había llegado a esa habitación. Supuse que me encontraba en un hotel,  las sábanas tenían un escudo bordado con hilo dorado junto a una inscripción: “Grand Hôtel”.
 No me paré a contar el número de estrellas que se encontraban bajo el bordado, no quería preocuparme tan pronto por la factura que tendría que pagar por haber pasado toda la noche en aquella habitación tan moderna.
Empecé a reparar en lo que me rodeaba. Las paredes estaban pintadas con una técnica de gotelé distinta a la común. Un único cuadro vanguardista proponía un contraste con los colores pálidos de la habitación.
Me levanté con dificultad de la gran cama de matrimonio y me dirigí hacia los grandes ventanales que cubrían toda la pared de la derecha. Descubrí que una mujer de entre veinte y treinta años había dormido a mi lado. Las manchas de pintalabios rojo que cubrían mi cuello habían manchado también las sábanas.
Caminé arrastrando los pies por la moqueta, algo que me encantaba. Al abrir la gran puerta de cristal y madera, un olor a croissants y a café me embriagó. Me encontraba en una amplia terraza con suelo y balaustrada de piedra. Un par de sillas de metal rodeaban una mesa antigua, donde descansaba una bandeja con el desayuno. Podía escuchar a Edith Piaf desde la calle.
 Me asomé por la balaustrada y me quedé sorprendido, algo que no me ocurría con frecuencia. Una calle llena de puestos de flores de colores y de gente en bicicleta se desplegaba a mis pies. También había puestos en las aceras de una calle perpendicular a la del hotel. Mi miopía impidió que distinguiera lo que vendían en ellos.
Al darme la vuelta, me llevé la segunda sorpresa del día. La mujer que había compartido cama conmigo me miraba, apoyada en una de las sillas y envuelta en un albornoz de hotel.
̶  Bonjour Monsieur, bienvenido a París.

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